¿Sabías que la vagina puede deprimirse?

¿Sabías que la vagina puede deprimirse?

¿Qué onda?, Es tan sólo un título amarillista?, ¿No?, Pues NO.

Es en serio, la vagina tiene su propio temperamento, justo como tú.

Puede físicamente estar feliz o completamente deprimida.

¿Recuerdas ese episodio de Sex and the City donde Charlotte dice que su vagina está depre?

Bueno, en caso de que te hayas olvidado de ese episodio, esto es lo que pasa: Charlotte hace una visita a su ginecólogo por presentar síntomas de una infección, pero al terminar la cita, el doctor le da el diagnóstico: “su vagina simplemente está deprimida”.

Desconcertada, Charlotte sale de la oficina con una receta médica de un ligero antidepresivo y con muchas interrogantes.

En términos médicos, la depresión vaginal tiene el nombre de vulvodinia, y esencialmente es una condición vaginal muy dolorosa que afecta a millones de mujeres a nivel mundial.

Esto sucede principalmente porque casi ninguna de ellas conoce de la condición, y obviamente no la tratan.

La vulvodinia es un síndrome de dolor crónico que viene con advertencia y puede durar por periodos muy largos de tiempo.

Usualmente viene acompañada de síntomas tales como ardor, comezón, dolor, inflamación y resequedad.

 

Cómo tratar la vulvodinia

Enfócate en estos cuatro métodos

Conseguir un diagnóstico

Hacerse tratamientos médicos

Probar terapias alternativas

Hacer cambios a tu estilo de vida

 

Método I

La vulvodinia es un problema crónico que se caracteriza por el dolor en la vulva (los genitales femeninos externos). No se conoce la causa exacta del dolor pero este puede desencadenarse por una lesión a los nervios, respuestas anormales de las células, factores genéticos, infecciones, alergias, irritación, cambios hormonales, antibióticos o espasmos musculares.

Para las mujeres que sufren de vulvodinia, buscar tratamiento médico puede ser profundamente frustrante. Los médicos pueden descartar una lista larga de posibles causas del dolor y luego concluir que debe ser psicológico. Adicionalmente, debido a que los síntomas específicos pueden variar y ningún método único de tratamiento funciona para todas, encontrar una forma de lidiar con la vulvodinia a menudo involucra una gran cantidad de ensayo y error.

 

Conseguir un diagnóstico

Haz una cita con tu doctor. Tendrás que discutir tus síntomas ya sea con tu médico de cabecera o con un ginecólogo. No tengas vergüenza de hablar sobre el dolor que experimentes. Tienes que asegurarte de que el dolor no sea causado por otro problema médico antes de intentar tratarlo.

La vulvodinia sólo tiene un síntoma principal: el dolor en la vulva.

Este dolor es descrito de forma diferente por cada mujer. Puede sentirse como comezón, ardor, dolor, dolor punzante o dolor agudo en las áreas alrededor de los labios vaginales, el clítoris o la abertura vaginal. Puede ir y venir y ser afectado por el tacto o la presión.

Algunas mujeres con vulvodinia experimentan dolor sólo durante momentos particulares (por ejemplo, durante el ejercicio o el coito)

 

Sométete a exámenes

Si tu doctor sospecha que puedes tener vulvodinia, realizará un examen del área de la vulva. También existen unos cuantos procedimientos y exámenes que el doctor puede realizar. Estos procedimientos pueden ayudar a precisar cualquier problema que pueda estar agravando tus síntomas.

Es común que tu doctor ordene exámenes de sangre para revisar los niveles de las hormonas como el estrógeno, la progesterona y la testosterona.

Es probable que el doctor realice un examen con un hisopo de algodón. El doctor lo usará para aplicar una presión suave en varios lugares de la vulva. Se te pedirá que describas cualquier dolor que produzca este examen y clasificar su intensidad.

Si cualquier parte particular de la vulva parece ser especialmente dolorosa o si la piel se ve hinchada o sospechosa por cualquier razón, tu doctor puede decidir realizar una biopsia.

 

Descarta otros posibles problemas

La vulvodinia se diagnostica solo después de que un doctor excluya otras enfermedades y problemas que pueden producir dolor en la vulva. Tu doctor puede examinarte para ver si tienes enfermedades de transmisión sexual, trastornos a la piel, candidiasis, desequilibrios hormonales y otros problemas que podrían ser responsables por tus síntomas. Si se descartan todos estos problemas, tu doctor puede diagnosticarte vulvodinia.

 

Obtén un diagnóstico específico

Existen dos tipos de vulvodinia: el síndrome de vestibulitis vulvar y la vulvodinia disestética. Tu doctor te diagnosticará uno o el otro dependiendo de cuáles sean tus síntomas. Asegúrate de darle a tu doctor la mayor información posible.

— El síndrome de vestibulitis vulvar (SVV) significa que tienes una reacción dolorosa a la presión o al tacto alrededor de la abertura vaginal. Las mujeres con este tipo de vulvodinia generalmente experimentan dolor durante el coito, la inserción de tampones, los exámenes ginecológicos y en cualquier otro momento que se aplique presión sobre el vestíbulo vaginal (el área alrededor de la abertura vaginal).

— La vulvodinia disestética (VD) significa que tienes un dolor generalizado en el área vulvar, el cual puede afectar a los labios mayores, los labios menores, el clítoris, el perineo, el ano, el monte de Venus, la uretra o el interior de los muslos. Puede suceder repentinamente y, si bien el dolor generalmente está presente en cierto grado, los síntomas pueden ir y venir. El tacto o la presión generalmente no ocasionan el dolor pero pueden empeorar los síntomas.

 

Consigue una segunda opinión

Si no crees que tu doctor toma en serio tus síntomas, busca a otro. Algunos doctores no comprenden que la vulvodinia es un problema real que no se encuentra simplemente en tu cabeza. Necesitas a un especialista médico que te escuche, te apoye y te ayude a encontrar los tratamientos que te funcionen. Sé persistente al buscar un diagnóstico y no te rindas.

 

Método (II)

Hacerse tratamientos médicos

Prueba los medicamentos tópicos. Los anestésicos locales pueden proporcionar un alivio temporal de tus síntomas. Puedes usar un ungüento con 5 % de lidocaína aplicado en una capa delgada varias veces al día según sea necesario. La crema Emla, la cual tiene 2,5 % de lidocaína y 2,5 % de prilocaína, generalmente se aplica en una capa delgada de 15 a 20 minutos antes de la actividad sexual para prevenir el dolor.

No apliques anestésicos locales a la piel lesionada o irritada.

Los anestésicos locales incrementarán la probabilidad de la falla de los condones porque el alcohol en el anestésico puede ocasionar que el látex se desgarre. Asegúrate de que tú y tu pareja se hayan examinado para enfermedades de transmisión sexual y usa un método anticonceptivo de respaldo.

Las pacientes con vulvodinia de larga duración que no responden a los anestésicos locales pueden obtener alivio de recibir un bloqueo nervioso. Habla con tu médico acerca de que te haga una evaluación para hacerte un bloqueo nervioso y visita a un anestesiólogo capacitado si estás considerando esta opción.

 

Pregúntale a tu médico sobre los tratamientos hormonales.

Algunas pacientes con vulvodinia encuentran alivio con tabletas o cremas de estrógeno. Aplicar productos con estrógeno puede aliviar el dolor, la comezón, la sequedad, la rojez, los síntomas urinarios y el dolor durante el coito.

La terapia de estrógenos puede ser útil para el dolor vulvar causado por la atrofia (adelgazamiento de los tejidos y la sequedad).

Tu médico puede recomendar una crema de estradiol al 1% si otras medidas de estrógeno no son tan útiles. Sin embargo, algunos medicamentos, como las píldoras anticonceptivas orales (OCP), pueden causar cambios atróficos y aumentar el dolor.

 

Considera los antidepresivos.

Los medicamentos antidepresivos a veces se usan exitosamente para tratar los problemas de dolor crónico que no tengan una causa clara, como la vulvodynia. Tu doctor puede sugerir antidepresivos (normalmente antidepresivos tricíclicos, los cuales alteran la forma en que los neurotransmisores en tu cerebro transmiten la señal del dolor) como un posible tratamiento para la vulvodinia.

La amitriptilina, un antidepresivo tricíclico, es uno de los medicamentos más comúnmente prescritos para la vulvodinia. Por lo general, las pacientes empiezan con una dosis pequeña de 10 mg tomada oralmente por la noche. Esta dosis se incrementa en 10 mg por semana hasta llegar a una dosis efectiva (sin exceder nunca los 150 mg). Es probable que tu doctor recomiende que te mantengas en la dosis efectiva durante 3 meses antes de ir disminuyéndola. En algunas mujeres, los síntomas de la vulvodinia no reaparecen después del tratamiento.

Sé consciente de los efectos secundarios de los antidepresivos. Los efectos secundarios de los antidepresivos tricíclicos incluyen somnolencia, debilidad, fatiga, boca seca, dolor de cabeza y estreñimiento. Notifica a tu médico si estos efectos persisten o empeoran. Siempre busca atención médica inmediata si experimentas sarpullidos, comezón, inflamación o dificultad para respirar mientras estés tomando cualquier medicamento.

El effexor y la cymbalta (una clase separada de drogas) también se han utilizado para el tratamiento de la vulvodinia.

 

Pregunta por los medicamentos antiepilépticos.

Los medicamentos antiepilépticos pueden funcionar para manejar los problemas de dolor crónico, incluyendo la vulvodinia. El medicamento de esta clase más comúnmente prescrito se llama gabapentina. Funciona alterando la transmisión de las señales de dolor en el cerebro.

Las dosis de gabapentina pueden variar considerablemente. Las pacientes generalmente empiezan con 300 mg oralmente cada día y luego lo incrementan gradualmente hasta llegar a una dosis efectiva (nunca más de 3.600 mg al día). Los efectos secundarios comunes incluyen somnolencia, mareos, dolor de cabeza, fatiga, náuseas, boca seca, estreñimiento, inestabilidad y fiebre. Notifica a tu médico si estos efectos persisten o empeoran.

Otros medicamentos incluyen pregabalina que es similar a la gabapentina. Está aprobado para la neuralgia postherpética que ahora está siendo utilizado como un medicamento fuera de la etiqueta para el dolor vulvar. Tu médico puede comenzar con 50 mg de pregabalina tres veces al día. Tu médico puede aumentarte la dosis hasta 600 mg al día dividido en tres dosis, si toleras el medicamento y está ayudando.

Toma medicamentos adicionales según sea necesario. Tu doctor puede sugerir que pruebes los corticosteroides o antihistamínicos si tienes comezón, inflamación o hinchazón. Es posible que también se te prescriba fluconazol para tratar la candidiasis. Habla con tu doctor para asegurarte de tomar todos tus medicamentos de forma segura.

 

Discute el tratamiento quirúrgico con tu doctor.

La cirugía solo debe considerarse cuando todos los diagnósticos alternativos posibles se hayan descartado y todas las demás opciones de tratamiento para la vulvodinia se hayan agotado. Además, es posible que solo sea efectiva para las mujeres con síndrome de vestibulitis vulvar.

Consulta a múltiples especialistas. Muchos doctores pueden no estar muy versados en todas las opciones de tratamiento para la vulvodinia. Consulta a un segundo (e incluso a un tercer) doctor antes de acceder a la cirugía.

Considera una vestibulectomía. Si has probado todas las demás opciones de tratamiento y has buscado una segunda opinión, podrías considerar una cirugía llamada vestibulectomía. Este procedimiento involucra la extirpación de los tejidos dolorosos del vestíbulo vaginal (el área alrededor de la abertura vaginal). Esta cirugía generalmente se realiza bajo anestesia ya sea epidural o general.

 

Método (III)

Probar terapias alternativas

Busca un fisioterapeuta. Pídele a tu doctor o ginecólogo que te refiera a un fisioterapeuta con experiencia en el tratamiento de la vulvodinia. Un buen fisioterapeuta puede usar la manipulación manual suave para ayudarte a fortalecer los músculos del suelo pélvico y lidiar con la tensión y el dolor.

Algunas pacientes encuentran que la fisioterapia por sí sola reduce o elimina sus síntomas. Sin embargo, ciertamente puedes probar la fisioterapia en combinación con los medicamentos y otras opciones de tratamiento.

Prueba la biorretroalimentación. La terapia de biorretroalimentación es una técnica en la que los pacientes aprenden a controlar y manipular los procesos físicos que generalmente ocurren involuntariamente. Por medio de la biorretroalimentación, las pacientes con vulvodinia pueden aprender a contraer y relajar los músculos del suelo pélvico voluntariamente. Esto le da a la paciente más control sobre la forma en la que esta área del cuerpo reacciona a las señales de dolor.

Algunas pacientes encuentran alivio solo con la biorretroalimentación pero también puedes combinar esta técnica con medicamentos u otras opciones de tratamiento.

Considera la acupuntura. La acupuntura es una técnica médica que involucra introducir agujas muy delgadas en puntos específicos de tu cuerpo. Hay evidencia de que puede aliviar el dolor agudo y crónico. Se ha utilizado para tratar las migrañas, los problemas musculares, los problemas neurológicos, los males reproductivos y las enfermedades reumáticas. Algunas pacientes con vulvodinia reportan que la acupuntura alivia los síntomas.

Busca un terapeuta psicológico. La terapia psicológica puede proporcionar una fuente importante de apoyo incrementando tu conocimiento sobre tu problema, ayudándote a desarrollar mecanismos de afrontamiento y dándote un lugar para expresar tus sentimientos sobre tu problema. La vulvodinia puede ser estresante e inquietante, afectando tu calidad de vida al limitar tus actividades y hacer que las relaciones sexuales y románticas sean difíciles. La terapia te ayudará a lidiar con todo esto.

Ten en cuenta que la terapia tiende a ser no directiva. Tu terapeuta te escuchará y te ayudará a tomar tus propias decisiones pero normalmente no te dará consejos directos ni sugerirá opciones de tratamiento particulares.

Considera la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC es una forma específica de terapia que se enfoca en las estrategias prácticas de afrontamiento. Un terapeuta cognitivo-conductual te ayudará a comprender la forma en la que piensas, sientes y actúas. Luego, te ofrecerá estrategias para modificar tus comportamientos. Para las pacientes con vulvodinia, esta puede ser una herramienta efectiva para lidiar con los síntomas.

Hay evidencia de que la terapia cognitivo-conductual, cuando se adapta particularmente a las mujeres con vulvodinia, puede ayudarte a tomar el control de tu dolor. Esta terapia de autogestión te permite reconocer la conexión entre tus pensamientos, sentimientos y comportamientos en cuanto al dolor, la sexualidad y la función emocional.

Obtén apoyo. Además de la terapia, considera otras formas de apoyo, como los grupos de apoyo en tu localidad o un grupo de apoyo en línea. Puede ser útil encontrar a otras personas lidiando con el mismo problema. Revisa tu hospital local para encontrar información sobre grupos de apoyo cercanos.

 

Método (IV)

Hacer cambios a tu estilo de vida

Lleva una dieta rica en probióticos. Se ha demostrado que los probióticos diarios combaten muchas infecciones al tracto digestivo y al tracto genital. Pueden ayudar a mantener un nivel saludable de bacterias buenas en tu vagina y esto puede prevenir infecciones. Para las pacientes con vulvodinia, una dieta rica en probióticos puede ayudar a combatir la inflamación y las infecciones.

Los alimentos ricos en probióticos incluyen el yogur, el kéfir y la crema agria. Busca yogur que contenga cultivos vivos y activos de bacterias. También puedes tomar suplementos de probióticos.

Además, también puedes consumir alimentos ricos en pectina. Los alimentos ricos en pectina realzan el trabajo de los probióticos haciendo que la digestión funcione con más fluidez. Las manzanas y las frutas cítricas son las mejores fuentes, pero las bayas, los duraznos, los albaricoques, las cerezas y las uvas también son ricos en pectina.

Practica la buena higiene. Lávate la vulva con jabones suaves y sin perfumar y enjuágala bien. Si orinar parece incrementar tus síntomas, enjuaga la vulva con agua fría después de ir al baño.

Evita los irritantes. Reemplaza cualquier jabón, aerosol o loción perfumados por productos libres de químicos y sin perfumar. De forma similar, reemplaza la ropa interior de nailon (la cual atrapa la humedad y puede irritar la piel) por ropa interior 100 % de algodón.

Reduce las actividades que ejerzan presión sobre la vulva. Algunas actividades, como ciclismo y los paseos a caballo, pueden desencadenar dolor vulvar. Presta atención a cualquier otra actividad física que parezca estar conectada a tus síntomas. Una vez que sepas cuáles actividades contribuyen al problema, trata de evitarlas lo más posible.

Prueba las compresas frías. Aplicar una compresa fría también puede ayudar con el dolor vulvar. El frío ralentiza el flujo de sangre y la circulación. Esto puede reducir el dolor y la inflamación. Haz una compresa fría envolviendo hielo en una toalla o paño y aplicándolo al área afectada. Nunca apliques hielo directamente a tu piel.

Elige con cuidado los lubricantes. Los lubricantes pueden ayudar con el dolor vulvar durante las relaciones sexuales. Si puedes tener relaciones sexuales, busca un lubricante soluble en agua en lugar de uno con base en aceite. Los lubricantes con base en aceite pueden contener químicos que pueden agravar tus síntomas. Evita cualquier lubricante con azúcares o glicerina porque estos también pueden irritar tu piel.

Toma un baño de asiento (un baño de asiento es un baño de agua caliente usado con fines curativos o de limpieza, el agua cubre solo las caderas y glúteos) con avena o bicarbonato de socio. La avena contiene sustancias antiinflamatorias llamadas avenantramidas. Estas sustancias pueden reducir el dolor, la irritación y la comezón. También prueba el bicarbonato de sodio; es alcalino y puede ayudar a regular los niveles del pH vaginal. Esto puede corregir el exceso de acidez que puede contribuir a la comezón y al ardor.

Para un baño de avena, disuelve un sachet de avena en polvo en el agua del baño y báñate durante 20 minutos.

Para un baño de bicarbonato de sodio, mezcla 4 to 5 tablespoons (59.1 a 73.9 ml) de bicarbonato de sodio en el agua del baño y báñate durante 15 a 20 minutos.

Considera llevar una dieta baja en oxalatos. Los oxalatos son compuestos que se encuentran en los fertilizantes para plantas que se adhieren a los minerales y reducen su absorción. Algunos médicos recomiendan una dieta baja en oxalato para la vulvodinia porque los alimentos ricos en oxalatos pueden producir orina que es irritante, y esto puede contribuir al dolor vulvar. Habla con tu médico sobre los niveles de oxalatos en tu orina y considera modificar tu dieta de acuerdo a lo que se necesite.

Los alimentos ricos en oxalatos incluyen los chocolates, las bayas, la espinaca y las nueces.

También puedes tomar un suplemento de citrato de calcio. El citrato de calcio puede inhibir el crecimiento de cristales de oxalato, aliviando el dolor y la comezón. Considera tomar de 200 a 250 mg de citrato de calcio 3 veces al día.

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