Las REDES; tan graves como una adicción

Las REDES; tan graves como una adicción

Lo que queda claro es que sí puede haber, y de hecho hay adictos a las redes y este tema debería empezar a considerarse más seriamente: Mark Griffiths

Reino Unido.- Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluirá la adicción a los videojuegos como un problema de salud mental en la próxima Clasificación Internacional de Enfermedades, no pasará lo mismo con el uso excesivo de las redes sociales. Y esto es algo que preocupa a varios investigadores del tema.

El doctor en psicología Mark Griffiths, que es profesor en la Universidad de Nottingham Trent, en el Reino Unido, y que hace tiempo viene estudiando este fenómeno, anota al respecto que “una compulsión tecnológica como la adicción a las redes sociales implica la manifestación de señales de comportamiento que se pueden llegar a asociar, perfectamente, con las de algunas adicciones químicas, como el tabaquismo o el alcoholismo”.

Según Griffiths, el potencial de adicción a las redes sociales no depende del tiempo que se pase en ellas, sino del efecto que estas puedan llegar a tener sobre una persona. Y explica: “El uso excesivo puede no ser un problema para una persona que, por ejemplo, pasa diez horas diarias en las redes sociales”. La clave está –continúa–, más allá del tiempo de exposición, en el impacto que ese tiempo de contacto pueda causar “en los otros ámbitos de la vida” de un ser humano.

Lo que queda claro es que sí puede haber, y de hecho hay, adictos a las redes, y que este es un tema que debería empezar a considerarse más seriamente. Para detectar si una persona es adicta a las redes sociales, el profesor inglés postula cinco criterios:

Sensibilidad.

Pensar en lo que podría estar sucediendo en las plataformas de ‘social media’ cuando no se está conectado.

Modificación del estado de ánimo.

Desarrollar sentimientos, emociones y estados de ánimo, verse emocionalmente afectado, y cada vez con mayor frecuencia, a partir de lo que pasa en las redes.

Tolerancia.

Perder la noción del tiempo cuando se está en estas plataformas.

Síntomas de abstinencia.

Sentir un conflicto interno cuando no se consultan y/o recaída en su uso cuando uno se ha propuesto dejarlas o limitar su uso.

Implicación.

Cuando su uso compromete otras actividades de la vida: familiares, laborales, amorosas, amistades, etc.

Los antídotos

Para los usuarios que padecen esta compulsión al uso de las redes sociales, Griffiths recomienda tomar las siguientes medidas que, además, han demostrado ser efectivas, según el profesor.

  1. Desintoxicación digital en incremento. Para algunas personas es difícil pasar unos pocos minutos sin mirar una pantalla. Incluso lo hacen de manera impulsiva. En este caso hay que avanzar dando pequeños pasos: primero, pasar 15 minutos sin tecnología. Con el tiempo, hay que aumentar el tiempo sin chequear las redes sociales hasta acostumbrarse a pasar unas horas sin la necesidad estar online constantemente.
  2. Establecer momentos del día sin pantallas. Uno de los secretos para reducir el uso de tecnología a niveles aceptables es seleccionar ciertos momentos del día para no usar tecnología, por ejemplo, durante las comidas. Otra estrategia es implementar un día libre de pantallas, excepto quizá la televisión con usos familiares.
  3. Responder los mensajes en momentos específicos del día. Mirar las notificaciones solo tres veces al día ahorra mucho tiempo. Deshabilitar las notificaciones automáticas o simplemente cambiar la configuración del volumen a silencio en los dispositivos electrónicos también reducirá la necesidad de revisar constantemente los equipos.
  4. No usar el teléfono móvil como reloj despertador. Al usar un despertador estándar se evita la tentación de acceder a las redes sociales justo cuando se va a dormir o se despierta.
  5. Participar en actividades fuera del trabajo donde es imposible o está mal visto utilizar la tecnología. Al practicar algunos deportes, en el cine, en el teatro, en la iglesia y en algunos restaurantes no se permite el uso de teléfonos inteligentes, por este motivo, realizar actividades incompatibles con lo digital o ir a lugares donde la tecnología está mal vista o directamente está prohibida disminuirá automáticamente la cantidad de tiempo de pantalla.
  6. Decir a los colegas y amigos que estás realizando una desintoxicación digital. Revisar los correos electrónicos y los mensajes puede convertirse en un comportamiento casi compulsivo por el temor o la ansiedad de perderse algo importante que esté ocurriendo.
  7. Reducir las listas de contactos. Una forma de perder menos tiempo ‘en línea’ es disminuyendo el número de amigos en las redes sociales, dejar de seguir blogs, eliminar aplicaciones no utilizadas y abandonar grupos de WhatsApp que no resultan ser importantes. Además, es buena idea desinstalar videojuegos y chats.
  8. Usar reloj de pulsera. Una de las razones más comunes para mirar un teléfono inteligente es para verificar la hora. Pero si este hábito lleva a que las personas revisen los mensajes recibidos en las redes sociales o revisen los últimos movimientos en ellas, será difícil reducir el tiempo de exposición.

Débora Slotnisky /LA NACIÓN

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